Tuesday, November 19, 2013

EL RECORRIDO

El recorrido, ese largo camino marcado en años que he sobrellevado a tu lado. Una lagrima brota de mi mejilla mientras cuento a mis amigas mi trágica historia con una taza de café, el día es tan soleado y pareciera que nada lo puede arruinar y de repente suena el celular, ese sonido chillante que rompe la armonía del lugar por tan solo unos segundos. Mis amigas me observan con curiosidad mientras esperan que saque ese pequeño aparato de mi bolso y lea el mensaje de texto que acabo de recibir, lo que antes era una ganas de revisar, unas ansias de saber de ti, ahora es un molestia unos nervios en el estomago que me hacen sentir intranquila y ahí voy con la mano temblorosa y armada de valor reviso esas líneas cortas. ¡Qué sorpresa! Una mensaje lleno de rabia e ira me dice que tengo que llegar a casa porque tú tienes un problema que no puedes resolver, una vez más necesita que corra a tu socorro sin tu darte cuenta que tengo una vida fuera de ti. Mis amigas me dan el apoyo moral que necesito y motivada agarro mi bolsa y me dirijo hacia ti, me limpio las lagrimas de mi mejilla disimuladamente para que nadie me vea y empiezo a recordar todos los buenos momentos que hemos pasados juntos borrando de mi memoria los momentos malos y vuelvo a creer en nuestro amor, llego a la casa llena de vida y de emoción y resumo mis actividades cotidianas y todo bien, de repente en medio de la nada, me hablas en un tono condescendiente y me exiges respuestas, que hago contigo dices y me haces sentir humillada y menospreciada, tus amenazas y tus malos tratos me hacen pensar dos veces y recapacitar de mi situación actual. Mis amigas me aconsejan que te dejen sin embargo no logro llevarlo a cabo me da miedo, miedo a estar sola miedo a dejar esta vida sintiendo temor por empezar una nueva sin ti, hemos pasado por mucho juntos y el pensar en alguien más o en otras actividades no me estimula como deberían y me sigo quedando a tu lado, tratando de dialogarlo y decidimos darle otra oportunidad, como si las 20 anteriores no hubieran sido un fracaso, pero siempre pienso que esta vez será diferente que mi caso no es como el de las demás que hay casos peores y, continuo con mi andar sobrellevando día con día. Pasan unos meses más de lo mismo días buenos y días malos, días donde mi pesar es tan grande me encuentro llorando por las noches sin consuelo mientras tu duermes a mi lado con el sueño más profundo del que puede haber, empiezo una introspección y me doy cuenta que aunque me digan mis amigas las decisiones son mías y por ende lo resolveré yo sola, creía ir a terapia pero sé que es lo que tengo que hacer. En un día normal marco la fecha en el calendario, decido irme a comprar el vestido que he estado ansiando comprar y me visto de lo más bonita me pongo los tacones que nunca uso y saco mi maleta debajo de la cama y empiezo a empacar, hago un par de llamadas y me siento feliz, llena de vida como si de repente todo se volviera sencillo, termino de empacar hago la cena y escribo una pequeña nota, la dejo encima de la mesa de comer y voy al cuarto, recojo mi maleta y mientras respiro profundamente me pongo mis audífonos pongo una de mis canciones favoritas y abro la puerta de la casa, esa casa que ha marcado un capitulo en mi vida el cual decido cerrar, saco la llave de mi llavero la deposito debajo del tapete de la casa y cierro la puerta, camino por la cera que me llevará a mi nuevo destino, una nueva vida y sobre todo mi nueva felicidad.

ELISEO

Eliseo se encontraba sentado al borde la cama de un motel barato, mientras sostenía en sus manos una navaja para rasurar y unas lágrimas recorrían sus mejillas, Eliseo se preguntaba si en realidad quería continuar con su cometido. Su vida lo llevó a una profunda depresión que la ha traído consigo durante ya más de 3 años, es extraño que ya tenga tanto tiempo y apenas tenga pensamientos suicidas pensó, mientas que al borde del buró se encontraba unas pastillas de extraño nombre las cuales eran su segunda opción con un gran vaso de agua para que resbalaran fácilmente. Eliseo había intentado ser una persona honesta, con un trabajo digno y porque no, una familia. Si tan solo tuviera la oportunidad de encontrar a aquella persona que le cambiara la vida. Sin embargo esta no era la situación, la economía de su país estaba cada vez más fuerte y era muy difícil conseguir trabajo. Especialmente para el que tenía un muy bajo grado escolar, y tenía que hacerla de todo, vendedor ambulante, asistente en una carnicería, barrendero, entre otros. Su apariencia física no era presentable siempre andaba sucio, manchado de la grasa y sangre de la carnicería, del polvo del suelo y el sudor que le recorría el cuerpo al realizar sus actividades, por su puesto pensaba él con esta cara y estas garras estaría loca la mujer que se fijara en mi. Eliseo no tenia familia y la que alguna vez tuvo había fallecido hace algunos ayeres mientras que el se las tuvo que arreglar para pasar los días. Su economía apenas si le alcanzaba para tener comida en el estomago una bebida caliente o una botella de alcohol lo que estuviera más barato. Su día consistía en levantarse a las 5:30am, salir a trabajar, cobrar, pasar a comprar algo para la cena y darse una ducha con agua caliente en su humilde cuarto de una casa de renta. Entonces volvemos al principio, a ese cuarto de hotel que había rentado justo para la ocasión. Mira la hora en el reloj y son las 4:30pm el atardecer se está anunciando y empieza a bajar el sol aun mas por la ventana, se recuesta un poco mientras se queda dormido, su cuerpo cansado emite la señal de reposo y descanso. En su otra vida Eliseo era todo lo contrario, en sus sueños era otra persona, un solo trabajo, una mejor paga y una familia, una mujer que le tenía lista la cena cuando llegaba de trabajar, unos hijos amorosos y respetuosos hasta una mascota tenían, podían tener algunos lujos su vida era todo lo que el quería y más. Eliseo por ratos era feliz sobre todo cuando dormía o fantaseaba despierto, pero esta vez estaba despierto, sentado, dudando sobre la decisión más importante de su vida, ¿vivir o morir? Se preguntaba a sí mismo si las demás personas que lo habían logrado antes que él de verdad estaban más a gusto en el más allá. ¿Que estoy haciendo? ¡Soy un cobarde! grita fuerte y alto con un tono desesperado, agarra las pastillas y se las traga seguido de ese gran vaso de agua para pasarlas. Ambulancias llegan justo en el momento especifico del motel la gente alrededor se pregunta que habrá pasado y los paramédicos corren con una camilla al cuarto 4-G, Eliseo se encontraba en ese cuarto, tirado a través de la cama y con pulso débil, fue encontrado por una de las chicas que cambian sabanas de los cuartos. Corre la ambulancia de prisa sobre el asfalto y con las sirenas alertando a los demás vehículos que la dejen pasar, llegan al hospital dan el reporte a la enfermera encargada y entregan la camilla. Entre enfermeras y doctores tratando de salvarle la vida muy a prisa y después de 20 minutos logran mantenerlo estable inducido en un estado de coma para permitirle luchar por su vida. Mientras Eliseo tiene el sueño más largo de su vida se encuentra en una especie de plataforma blanca llena de nubes, una silueta se contonea hacia él y es la mujer con la que toda su vida ha soñado la madre de sus hijos, se le acerca y le dice: Eliseo pero ¿Que has hecho? ¿Acaso no quieres vivir? A lo que él le contesta: No, prefiero estar aquí contigo ser feliz, no quiero sufrir, estoy cansado tan cansado. Ella le contesta: esto es fantasía no es verdad mientras tu estas aquí hay personas luchando por tu vida porque creen que mereces vivir y tienes una oportunidad para regresar y luchar por lo que quieres, mientras le sonríe y se desvanece entre la nada. Eliseo se queda callado, quieto, pensando en lo que le acaban de decir y decide regresar. Agarrando un respiro abre sus ojos y se encuentra en un cuarto de cama de aquel hospital y una enfermera se le acerca, todo está borroso no alcanza a ver la cara de esa enfermera que lo atiende, su mirada se va enfocando acostumbrándose a la luz y es ella, esa mujer que ha estado en sus sueños todo este tiempo, el sonríe y no lo puede creer, la enfermera lo ve y le pregunta que como se siente, le toma sus signos vitales lo revisa y Eliseo le agarra la mano y le dice: ¡eres tú, de verdad eres tú! La enfermera con cara de confusión trata retira su mano y le dice soy su enfermera asignada le estaré atendiendo durante su recuperación pero no hemos podido encontrar a su familia tiene algún numero que podamos contactar. El, mirándola fijamente le dice no, solo soy yo. La enfermera se excusa del cuarto y Eliseo mirando la estela que deja al salir y en esos momentos su mundo se ve diferente más brillante y con ganas de seguir adelante.